—Te juro que yo no sabía. Yo no sabía —repetía la joven. Permanecía de pie, cerca de donde los paramédicos realizaban su trabajo, cubierta de pies a cabeza con la frazada que le proporcionaron. Su voz temblaba por el frío y el desconcierto. Su amiga la abrazaba sin saber que decir. A sus veinticinco años,…
