Marina

—Las escamas de sirena tienen propiedades mágicas. Pocas veces son encontradas en la orilla de la playa y no todos pueden reconocerlas —dijo la anciana mientras acariciaba las pequeñas láminas córneas como si fueran monedas—. Tienes que hacerte algunos cortes en la piel para injertarlas y al nutrirse de tu sangre van a multiplicarse. En menos de los que puedas darte cuenta tus piernas se habrán convertido en una cola de pez.

—Yo quiero eso.

La mujer se quedó viendo a la muchacha con escepticismo.

—El único problema es que es irreversible. No podrás volver a caminar como un ser humano y deberás permanecer el mayor tiempo dentro del mar.

—Soy bióloga marina. Estaré mejor ahí que aquí.