Al salir del trabajo me desvié para ir al restaurante de comida china. De regreso tomé la calle que pasa más cerca de casa y encontré que algunos segmentos estaban cerrados con postes de señalización y desvíos. Los trabajadores de la ciudad colocaban planchas de acero sobre las zanjas abiertas. Yo seguí de frente al no poder doblar a la izquierda donde debía.
El problema de conducir recto era que, al intentar girar en otra esquina, existía la posibilidad de entrar a la autopista que corría paralela y quería evitar eso. No estaba seguro si la entrada era en la próxima luz o después. Respiré tranquilo al notar que pude evadir esa situación, solo entonces reparé en que la calle no tenía las rayas divisorias pintadas. Era un segmento en remodelación. Lo peor: el trayecto usado por mi esposa de regreso a casa.
Ella no sabe conducir en carreteras de vía libre y le da pánico el solo pensar que pueda ingresar ahí por error. Si eso pasa, no sé cómo va a resolver esa situación. Pensé en avisarle, pero se cree autosuficiente y no escucha consejos. Opté por dejar que ella solucionara el pequeño inconveniente.