El hombre detuvo su bicicleta en seco y se aproximó persuasivo a la muchacha que amenazaba con lanzarse desde el puente.
—Los problemas de la vida no son como las ecuaciones matemáticas. Estos tienen infinitas maneras de ser resueltos. Esta no tiene por qué ser la primera solución —dijo mientras subía a la balaustrada.
Ella lo vio y se asustó. Gritó al ver que el sujeto resbalaba y caía.
La joven descendió nerviosa. Tomó un par de fotos antes de llamar al número de emergencia.
—Me tomaba una selfi cuando un sujeto llegó y subió a la barandilla. Perdió el equilibrio y cayó al río.