Puntual

Dionisio sufrió una caída mientras pintaba el exterior de un edificio. Estuvo en coma una semana. Al despertar se dio cuenta de que, cuando una persona se le aproximaba, podía decir con exactitud el momento en que iba a morir. Se horrorizó del don adquirido. Él no quería saber nada de tragedias. Sin que él pudiera evitarlo las cifras corrían por su cerebro lo mismo que una banda de etiquetar productos. Buscó formas de acallar sus pensamientos con tratamientos psiquiátricos. Fueron inútiles los fármacos y las terapias

          La gente se dio cuenta y pronto se volvió famoso. Muchos no querían saber de sus vidas, pero algunos, por morbo, deseaban saber el final de los demás, en especial políticos y artistas.

          Un día vio a un sujeto que intentaba aproximarse a él por entre la multitud. Dionisio le pidió a la gente que lo dejaran pasar y le abrieron paso.

          — Yo no vengo a saber cuándo voy a morir —dijo.

          — Lo sé —dijo Dionisio—, pero yo te estaba esperando.

          El extraño extrajo un arma de su abrigo y le disparó.

          Dionisio cayó al suelo, pero antes se apoyó del brazo del matón y le susurró algo al oído.

          El tipo se asustó, tiró el arma y empezó a correr. Alguien más tomó el arma y le disparó. Cayó de bruces sin vida.