Ludópata

Perdí a mi reina el día que destruí el castillo de naipes. La deuda era grande y ella, lo único valioso que me quedaba. La cedí a los jugadores para que se cobraran. Ella aceptó el trato por querer salvarme la vida, aunque eso la llevara a sacrificarse en una orgía de sexo y alcohol.

Al amanecer regresamos a lo que quedaba de nuestro reino. Tomó a   los infantes y dijo que no me vería más. Mi derrota fue en todos los campos de batalla, sin embargo, el dragón aún habitaba dentro de mí.