—«Las armas las maneja el diablo» —dijo mi abuela mientras me arrebataba de las manos la pistola que encontré en el ropero. Evitó mirarme a los ojos. Percibí sus manos frías por un instante y algo de enojo en sus palabras. —No debes registrar las pertenecías de los demás. La reconocí…
La joven observó a los dos hombres corpulentos que escoltaban al anciano. —Con el Alzheimer, mi abuelo ha perdido la facultad de recordar a sus seres queridos y también a sus enemigos. Eso representa un peligro para quien ha cultivado poco amor y mucho odio.
La mujer se arrodilló en el reclinatorio frente al altar mayor. Con la mirada puesta en la nada empezó a murmurar. — Mi esposo y mi hijo fallecieron en un accidente automovilístico. Después perdí mi trabajo, mi casa y lo poco de valor que poseía. Como consuelo conocí a otro hombre que me dio…
Érase una vez una ciudad que dejó de ser segura. La criminalidad fue en aumento, entonces los pobladores comenzaron a instalar verjas de hierro en sus puertas y ventanas, en los tragaluces y pórticos. Después de algún tiempo el metal comenzó a fundirse y la ciudad llegó a parecerse a un domo gigantesco. Los habitantes…
El muchacho salió temprano a buscar leña. Al regresar a casa le dijo a su padre que no había encontrado suficiente, pero que, si cortaban el árbol que se encontraba al borde del barranco, en el lote vecino, podrían suplir sus necesidades. Nadie cuidaba el lugar, nadie notaría su ausencia. El viejo le dijo…
Dionisio sufrió una caída mientras pintaba el exterior de un edificio. Estuvo en coma una semana. Al despertar se dio cuenta de que, cuando una persona se le aproximaba, podía decir con exactitud el momento en que iba a morir. Se horrorizó del don adquirido. Él no quería saber nada de tragedias. Sin que él…
La vidente aseguró, en un canal de televisión durante una entrevista farandulera, que el futbolista más famoso del estado podría morir ese año. Con el fin de que su augurio fuera correcto envió matones a que emboscaran el vehículo donde este viajaba. No lo mataron, gracias a la seguridad que lo rodeaba. Los sicarios…
Descubrí una cámara oculta en mi habitación. Le reclamé a mí patrón. Yo llegué a ese lugar para cuidar a los niños, no para satisfacer su morbo. Me atrae como hombre, pero no estoy dispuesta a traspasar los límites. No por ahora. Tendré que pensar en cómo esta situación me favorece.
En un momento de depresión profunda quise morir. Salí a la calle sin protección de ninguna clase, ante el asombro de la gente. Quería atrapar el virus donde quiera que estuviera. No morí en el intento, pero mi familia sí. Uno después del otro. No pude decirles adiós. Qué mala suerte la mía…
Para mi madre fui muy especial desde que nací. Todo se debió a una lesión cardiaca congénita que los médicos no podían resolver y que a su juicio terminaría con mi vida en cualquier momento. Por muchos años se me advirtió de no correr largas distancias, sufrir de grandes emociones y mantener una dieta especial.…
