Paranormal

Es sabido que con el tiempo las parejas se comunican sin decir palabras o perciben eventos sin explicación. Una vez escuché la voz de mi esposa que me llamaba por mi nombre. Aconteció un día antes del accidente automovilístico en que se vio envuelta. Creí por un instante que había regresado de su visita al área rural, pero no.  En esa época no existían los teléfonos celulares y las comunicaciones eran difíciles. Fue un extraño presentimiento y no le presté la debida atención.

          Años después, en mi trabajo, percibí su imagen borrosa. Sabía que en ese instante ella abordaba un vuelo de regreso a casa. Mi jefe vio mi lividez y preguntó qué pasaba.

          —Acabo de ver a un fantasma —dije.

          La llamé y le conté de mi experiencia paranormal. Quería que no se subiera a ese avión. Ella dudó, pero aceptó no hacerlo.

          Regresó al vestíbulo del aeropuerto, a la agencia de viaje, a cancelar y reprogramar. Mientras conversaba con la supervisora a cargo un pasajero empezó a discutir con el guardia de seguridad. Forcejearon y algunas balas fueron disparadas.