Todo eso que dijo el oficial de policía sobre la explosión en el centro comercial, las vidas que se perdieron y el disparo del sistema de emergencia, no hacían sentido para mí. Veo a la gente que acude al estacionamiento. Creo que son familiares que no obedecen la orden de alejamiento. Yo me he quedado ahí, detrás de la barda, con los brazos cruzados, a la espera de que termine la pesadilla y pueda despertarme. Quiero darme cuenta de que fue solo eso, que mi familia va a estar en casa y que nunca fueron de compras a ese lugar. Seguro que mi esposa estará preocupada porque no he llegado. Mi hija querrá que le ayude con la tarea. Mi hijo me contará de lo bien que le fue en las prácticas de balompié. ¡Cómo tardo en despertar! Este mal sueño se está transformando en algo inquietante.