Penélope contrajo el virus y no murió. Durante la pandemia se dedicó a confeccionar mascarillas para vender.
El marido sufrió la enfermedad y falleció, pero ella no tendrá carencias porque él dejó todo en orden.
¿Qué hará ahora Penélope en una casa vacía, con todo el tiempo del mundo, cosiendo y descosiendo las mascarillas que su esposo se negó a llevar?
Penélope continúa produciendo mascarillas en su máquina de coser. No necesita el dinero que le genera, pero siempre aprovecha las oportunidades.